miércoles, 20 de febrero de 2019


 Crónica de un viaje a tierras verdes: Santo 
Domingo De Los Tsáchilas

En busca de nuevas experiencias, ambientes, manjares gastronómicos e intensos sabores, viajamos a la provincia de Santo Domingo De Los Tsáchilas.

Sentimos el recibimiento cálido de su gente e inmediatamente tuvimos la oportunidad de contemplar los diversos bosques y reservas ecológicas, mismas que nos mantuvieron cara  a cara con la naturaleza. Aves de todo tipo, colibríes revoloteando despreocupadamente por el bosque y la magnificencia de la flora en todo su esplendor, nos brindaron un espectáculo visual inigualable. Dentro de la magnificencia de parajes que ese día nos encendieron el alma, se encuentran las cascadas, que brindan la oportunidad a los más valientes de practicar deportes extremos y vivir la aventura.

Tuvimos la oportunidad de visitar la reserva nacional del cerro Bombolí, se encuentra al noroeste de la ciudad, llegar a las faldas del cerro toma entre 5 y 10 minutos en un vehículo propio o en un taxi. La única elevación montañosa dentro del perímetro urbano del cantón, en la cima está el santuario de la Virgen del Cisne y un mirador, desde el cual se pueden apreciar maravillosas extensiones de verde natural.

Fue gratificante apreciar que en la actualidad se mantiene la etnia Tsáchila como dueña de la tierra, y que aún priman sus costumbres y tradiciones a pesar de la urbanización de sus tierras.




Tras largos recorridos de aventuras y descubrimientos, pudimos apreciar el crecimiento de Santo Domingo De Los Tsáchilas, combinado con un ambiente natural y ecológico, el Hotel Zaracay brinda a sus huéspedes la más alta comodidad en cuanto a alojamiento, ganándose el corazón de cientos de turistas que visitan con entusiasmo Santo Domingo De Los Tsáchilas.

Para cerrar la aventura que vivimos, decidimos hacer un recorrido por las mejores huecas de Santo Domingo De Los Tsáchilas, desde choclos asados, Chuzos, bollos hasta guatita móvil, se han consagrado como imperdibles de la zona, tanto por la exquisitez de sus platos, como por lo económico que resultan.
               
Volvimos entusiasmados, con ganas de no volver, con vibraciones de aventura en la piel; y hemos pensado que Ecuador es un País tan abundante en cultura, que no lo apreciamos lo suficiente, que preferimos tierras ajenas, lugares a los que muchas veces nos complican el pase, cuando bajo nuestro pies; todas las dimensiones de la maravilla ecuatoriana nos corresponde desde que nacemos.

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