Crónica
de un viaje a tierras verdes: Santo
Domingo De Los Tsáchilas
Domingo De Los Tsáchilas
En
busca de nuevas experiencias, ambientes, manjares gastronómicos e intensos
sabores, viajamos a la provincia de Santo Domingo De Los Tsáchilas.
Sentimos el recibimiento
cálido de su gente e inmediatamente tuvimos la oportunidad de contemplar los
diversos bosques y reservas ecológicas, mismas que nos mantuvieron cara a cara con la naturaleza. Aves de todo tipo,
colibríes revoloteando despreocupadamente por el bosque y la magnificencia de
la flora en todo su esplendor, nos brindaron un espectáculo visual inigualable.
Dentro de la magnificencia de parajes que ese día nos encendieron el alma, se
encuentran las cascadas, que brindan la oportunidad a los más valientes de
practicar deportes extremos y vivir la aventura.
Tuvimos la oportunidad de
visitar la reserva nacional del cerro Bombolí, se encuentra al noroeste de la
ciudad, llegar a las faldas del cerro toma entre 5 y 10 minutos en un vehículo
propio o en un taxi. La única elevación montañosa dentro del perímetro urbano
del cantón, en la cima está el santuario de la Virgen del Cisne y un mirador,
desde el cual se pueden apreciar maravillosas extensiones de verde natural.
Fue gratificante apreciar
que en la actualidad se mantiene la etnia Tsáchila como dueña de la tierra, y
que aún priman sus costumbres y tradiciones a pesar de la urbanización de sus
tierras.
Tras largos recorridos de
aventuras y descubrimientos, pudimos apreciar el crecimiento de Santo Domingo
De Los Tsáchilas, combinado con un ambiente natural y ecológico, el Hotel
Zaracay brinda a sus huéspedes la más alta comodidad en cuanto a alojamiento,
ganándose el corazón de cientos de turistas que visitan con entusiasmo Santo
Domingo De Los Tsáchilas.
Para cerrar la aventura que vivimos, decidimos hacer un recorrido por las mejores huecas de Santo Domingo De Los Tsáchilas, desde choclos asados, Chuzos, bollos hasta guatita móvil, se han consagrado como imperdibles de la zona, tanto por la exquisitez de sus platos, como por lo económico que resultan.
Volvimos
entusiasmados, con ganas de no volver, con vibraciones de aventura en la piel;
y hemos pensado que Ecuador es un País tan abundante en cultura, que no lo
apreciamos lo suficiente, que preferimos tierras ajenas, lugares a los que
muchas veces nos complican el pase, cuando bajo nuestro pies; todas las
dimensiones de la maravilla ecuatoriana nos corresponde desde que nacemos.